Medicamentos recetados y drogas ilegales al conducir

Muchos medicamentos recetados y las drogas ilegales pueden afectar fuertemente la capacidad de conducir.

Es importante consultar al médico cuando un nuevo medicamento es recetado y también es muy útil leer los prospectos de los medicamentos para conocer los posibles efectos negativos sobre la capacidad de conducir. Por ejemplo, muchos fármacos para el tratamiento de resfríos, alergias, cólicos, ansiedad, depresión y tensión nerviosa, vasodilatadores, analgésicos para el dolor, etc. pueden producir sueño, trastornos visuales u otros síntomas que afectarán su manera de conducir.

La ley dice que, “la ingestión de drogas impide conducir cuando altera los parámetros normales de la conducción, cuando provoca somnolencia, fatiga o alteración de la coordinación motora, la atención, la percepción sensorial o el juicio crítico”. Pero es importante saber que tanto en el caso del alcohol como en el de las drogas, los primeros efectos psicológicos ya son peligrosos. La desinhibición, un aumento de confianza y la sobreestimación de la propia capacidad, con la consiguiente subestimación del peligro, son síntomas que pasan inadvertidos a la vista, pero motivan en el conductor comportamientos de riesgo (aumento de la velocidad al conducir, sobrepasos audaces, etc).

Las drogas ilegales de abuso, que generan adicción tras su consumo repetido, como la marihuana, la cocaína, el éxtasis, etc., afectan por sí mismas la conducción, ya que perturban siempre, en mayor o menor medida, el funcionamiento psicofísico del individuo alterando, entre otros, a la percepción sensorial, la atención, y muchas veces, la coordinación motora, además de distorsionar la percepción del riesgo. Combinadas con el alcohol conforman un cóctel fatal a la hora de conducir, ya que se potencian sus efectos tóxicos.

 

¡Atención con los psicofármacos: pueden afectar la conducción!

Entre sus principales efectos, podemos encontrar:

  • Los ansiolíticos, de uso muy generalizado como tranquilizantes o inductores del sueño, en especial las benzodiacepinas, pueden producir estados de confusión, fatiga muscular, disminución de la capacidad de concentración y somnolencia.
  • Los antipsicóticos o neurolépticos, (ej. tioridacida, haloperidol h.) producen como efecto más común la somnolencia y reacciones extrapiramidales tales como espasmos musculares, agitación, incoordinación motora, etc.
  • Los antidepresivos (ej. amitriptilina) y antiepilépticos (ej. fenobarbital) pueden afectar la atención y el estado de alerta.

Además de los psicofármacos, existen otros medicamentos que pueden afectar la conducción. Entre ellos, se encuentran:

  • Algunos antihistamínicos, tipo H1 primera generación, (ej. clorfenamina, difenhidramina, clemizol) muy usados para aliviar los síntomas de gripe o resfriados y las alergias, pueden producir somnolencia .
  • Los antiinflamatorios no esteroideos -muy usados para dolores musculares o reumáticos-, los anestésicos y los miorrelajantes pueden afectar, especialmente, el sentido de la vista y la atención y producir somnolencia. Los últimos pueden producir, además, disminución del tono muscular y mareos.
  • Ciertos medicamentos para el corazón, en especial glucósidos cardiotónicos usados para ciertas crisis cardíacas, pueden producir somnolencia, y alterar el estado de conciencia y la visión.
  • Ciertos anti-hipertensivos, beta-bloqueantes (ej. propanolol, nevibolol), para el tratamiento de la alta presión pueden producir somnolencia y alteraciones psíquicas y del equilibrio.
  • Algunas medicaciones para la sedación de la tos (ej. codeína), o antidiarreicos, pueden producir alteraciones tales como trastornos de la atención, disminución de los reflejos y otros.


Estos son sólo algunos de los medicamentos que pueden afectar la conducción.

Consulte a su médico y lea los prospectos para saber si su medicación puede afectar su capacidad para conducir.

 

Para saber más sobre medicamentos que pueden afectar la conducción.