La ciudad de Buenos Aires, habitada por alrededor de 3.000.000 de personas, pero visitada diariamente por millones de vecinos del área metropolitana contiene la circulación de 2.000.000 millones de vehículos, los cuales se han incrementado en los últimos años sin que la red vial acusara ninguna mejora, ni en infraestructura, ni en reorganización o jerarquización vial. No se han implementado centros de transferencia de transporte de carga y peor aún, se ha autorizado la instalación de fábricas y depósitos en la mayoría de los barrios porteños con la consiguiente sobrecarga de la circulación de camiones de gran porte que destruyen diariamente el asfalto y/o el empedrado de las calles, generan congestionamiento e incrementan el peligro, sin que exista la más mínima preocupación por parte de las autoridades al respecto. Por el contrario, los legisladores porteños continúan aprobando la convivencia de actividades comerciales e industriales en zonas residenciales y autorizan construcciones de enormes torres de departamentos sin pensar en la sobrecarga de tránsito y sus costos en seguridad vial e infraestructura. Se importan criterios de planificación urbana de algunas ciudades europeas sin tener en cuenta las enormes diferencias que ellas tienen en cuanto a infraestructura vial, redes de transporte público y ordenamiento urbano.
A este escenario se le añade una situación de constante desorden vehicular fruto de transgresiones constantes por parte de los conductores a las normas de estacionamiento, respeto de los semáforos, sentido de la circulación, velocidad, sendas de ciclistas, etc., muchas veces, ante la mirada impasible de las autoridades de control, quienes, ocasionalmente, pueden llegar a labrar un acta de infracción que sólo en contadas oportunidades es fehacientemente notificada y cobrada al conductor irresponsable.
Contrariamente a lo que se necesita, la ciudad no ve crecer, más que a cuenta gotas, la colapsada e incompleta red de trenes subterráneos, más aún, la actual administración planifica desviar los escasos fondos disponibles para ella a otros destinos, como si la seguridad vial de la ciudad pudiera esperar. En cuanto a los ferrocarriles que atraviesan la ciudad, no se habla de su soterramiento ni de otras soluciones, tales como la construcción de túneles o puentes, generándose diariamente enormes demoras en la circulación, congestionamientos, contaminación del aire y sonora y lo más importante, muertes diarias por esta causa. Mientras el transporte colectivo se deteriora, sin prisa pero sin pausa.
Se ensayan medidas aisladas que sólo contribuyen a reducir las vías de circulación, tales como, por ejemplo, permitir el estacionamiento en ambos lados de avenidas con alto flujo vehicular, ampliar veredas, como en la avenida Corrientes, sin ofrecer alternativas que disminuyan el caudal de tránsito en el lugar, instaurar carriles exclusivos para colectivos, una buena medida, que no tienen nada de exclusivos, ya que permiten la circulación de taxis llenos y o vacíos!, instauración de circulación de doble sentido en avenidas con altísimo flujo de circulación vehicular y peatonal, con el riesgo que esto importa a estos últimos, etc.
En el año 2012, 98 personas murieron en la ciudad de Buenos Aires, entre 3 y 5 veces más que en Madrid, Barcelona o París. Más allá de declamaciones y promesas, la situación vial metropolitana es crítica y clama acciones serias y coherentes para sanear el sistema y salvar vidas.
El slogan de campaña del actual Jefe de Gobierno de la ciudad, Mauricio Macri, parece una broma macabra a todos los porteños cuando se observa el estado caótico del tránsito y el deterioro de las vías de circulación de la ciudad. Hasta las obras de repavimentación, que se eternizan y se distribuyen sin coherencia contribuyendo a la congestión vehicular, parecen organizadas para molestar a los vecinos.
Aunque dichas no hace mucho, resultan olvidadas las promesas de ampliación de la red de subtes, soterramiento de los ferrocarriles, obras de pavimentación nocturnas o en fines de semana, etc. Para muestra, sólo algunos botones. Una imagen habla más que mil palabras.
El grave error cometido de autorizar la circulación de taxis en los carriles para colectivos (lo advertimos muchas veces) está a la vista: lo que debería ser un carril privilegiado de circulación rápida para el trasporte público masivo, se encuentra bloqueado por taxis, privilegiándose en realidad la circulación rápida de quien pueda pagar este transporte individual que es el taxi, que no aporta ningún beneficio a la reducción de circulación de vehículos. |
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Las poquísimas sendas para ciclistas que tiene la ciudad se encuentran abandonadas e invadidas por automóviles o camiones estacionados, con total impunidad. | ||
Baches y adoquinados intransitables (donde hasta resulta casi imposible marcar carriles y sendas peatonales) siguen siendo una realidad cotidiana. Algunos baches ni siquiera son señalizados adecuadamente ni por las autoridades ni por sus contratistas, siendo un grave peligro para el tránsito | ||
Cualquier lugar es bueno para recoger pasajeros en una ciudad “vale todo”, donde las normas no se hacen cumplir, y los taxistas, colectiveros y camioneros se han convertido en algunos de los principales trasgresores “profesionales” de estas calles sin ley ni autoridad, de las cuales parecerían haberse adueñado. |
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Carga y descarga en cualquier lugar y hora, junto con el estacionamiento indebido que se realizan con total impunidad en el “Buenos Aires vale todo” son dos principales causas del congestionamiento y el caos. | ||
Los camiones de todo tamaño, ignorando descaradamente la red de tránsito pesado, invaden y destruyen sin ningún control todas las calles y avenidas de la ciudad, sin atenerse tan siquiera a su obligación de circular por el carril derecho, taponando todas las avenidas a las que lentifican, y creando condiciones peligrosísimas de seguridad para el tránsito liviano y los peatones. | ||
Impunes a todo control y sanción, las sendas peatonales se encuentran en muchos casos totalmente obstruidas y los peatones expulsados hacia el peligro de la calzada, y en algunos casos por las autoridades de la Ciudad. | ||
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Algunos clausuran las veredas (incluyendo a veces parte de la calzada) bajo pretexto de cualquier trabajo, obligando en todos los casos a los peatones a bajar al peligro de la calzada. | ||
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La impunidad es tal, que a alquien hasta se anima a "guardar" su auto particular en el refugio para pasajeros en la parada del transporte público. | ||
Montañas de basura y cartoneros desparramándola más aún, bajo la mirada inactiva de las autoridades, que por otro lado gastan dinero y energías en campañas publicitarias promoviendo el lógico “jugá limpio”. Así? | ||
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Los contenedores en principio positivos, al no haberse establecido un lugar fijo marcado y señalizado para su ubicación, se encuentran desparramados a lo las de las cuadras, obstruyendo, al estar separados, varios lugares para estacionar, que por cierto no abundan, y en algunos casos directamente obstruyen las sendas peatonales y/o rampas para discapacitados. | ||
Como contraste se exhibe una foto de contenedores bien localizados en Barcelona, España. | ||
La Ciudad se encuentra llena de autos abandonados, muchos de ellos originalmente ilícitamente estacionados, y lo que es peor aún, muchas veces puestos por las mismas autoridades, responsables también del control. | ||
En la foto los autos abandonados fueron ubicados por las autoridades en la parada de colectivos de una importante avenida y sobre la senda peatonal, justamente en la puerta de una escuela. | ||
El problema de los carriles ocupados por vehículos mal estacionados requiere especial atención y controles eficaces ya que obstruyen el escaso e insuficiente espacio para circular. | ||
Una modalidad de abuso: los que instalan sus agencias de venta de vehículos en la calzada y en las veredas | ||
La falta de control permite la circulación con patente vieja o sin patente |
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Se hacen obras en forma parcial y no se adapta la marcación, como en los casos mostrados, donde se realizó una división en Av. Rivadavia pero se dejó marcado un medio carril inutilizable y peligroso, en lugar de reformular y marcar correctamente los carriles. | ||
Contrariamente a lo que se ve en esta foto, es fundamental que todos los funcionarios y empleados del Gobierno de la ciudad den el buen ejemplo de cumplimiento de las normas, por ejemplo, el uso del cinturón de seguridad. Es importantísimo que en la calle todos los funcionarios, lo usen siempre debiendo procurar lograrse que lo haga también la Policía Federal. Es preocupante haberse observado que, en muchos patrulleros de la nueva Policía Metropolitana, tampoco se usan los cinturones de seguridad. |