El sábado en la madrugada, cinco jóvenes de entre 18 y 21 años perdieron la vida en el kilómetro 38 de la autopista Panamericana hacia el Norte. Viajaban 6 en un Citroën C4 cuando el conductor, Luciano Cingolani, 21 años, perdió el control del vehículo que se despistó y terminó estrellándose contra un árbol. Eran amigos que se encontraron para festejar el cumpleaños de uno de ellos y luego participaron de una fiesta. El auto circulaba a exceso de velocidad y Cingolani estaba altamente alcoholizado, aunque sobrevivió al estar sujeto con el cinturón de seguridad.
Al día siguiente, en la madrugada del domingo, el micro de la empresa “Vía Tac”, conducido por Daniel Pereyra, mordió la banquina en la Ruta 51 y volcó a la altura de General La Madrid, dejando un saldo de 5 pasajeros fallecidos y decenas de heridos, 9 de ellos en gravedad. Una pasajera que venía en el micro desde Caleta Olivia rumbo a la ciudad de La Plata, aseguró que el chofer conducía a exceso de velocidad. Fuentes oficiales habrían confirmado la existencia de infracciones previas por el mismo motivo.
En un solo fin de semana, 10 vidas, algunas con todo por vivir, se vieron truncadas por los errores de un conductor joven y de un chofer experimentado que sentían que podían burlar las leyes de la física y conducir más rápido de lo debido, con sus acompañantes, sin cinturón de seguridad en su mayoría. En el caso del joven conductor, ya se comprobó que estaba alcoholizado, y la justicia determinará si el micro y los choferes a cargo del mismo circulaban de acuerdo a las normas.
Trágico fin de semana por causas evitables.
Fuente y foto: La Nación