La legislatura porteña acaba de aprobar una ley que obliga al Poder Ejecutivo a colocar semáforos para peatones distraídos cerca de institutos educativos, cruces con alta afluencia de transeúntes y esquinas peligrosas.
Los semáforos se instalarán, como una alternativa para aquellos peatones que circulan pendientes de sus teléfonos y otros elementos distractores. Ya se ha colocado uno de prueba en la zona de Retiro. Y también alguno antes, en la ciudad de Rosario.
La experiencia piloto comenzó en Europa donde se encuentra en fase de prueba.
¿Pero cuál es la diferencia entre las ciudades europeas y las argentinas?
En las ciudades europeas se implementan todas las medidas de protección posibles a los peatones, por ejemplo, todas las sendas peatonales se encuentran bien marcadas, cada semáforo vehicular cuenta siempre con todos los semáforos para peatones, y muchas más.
En la Ciudad de Buenos Aires, Luchemos por la Vida realizó un estudio sobre el estado de los semáforosy detectó que sólo el 5% de las esquinas semaforizadas tenían completos los semáforos para peatones. El 39% de las esquinas semaforizadas no contaban con semáforos para peatones y en el 56% de las restantes estaban incompletos.
Otro tema pendiente en la ciudad es la falta demarcación de las sendas peatonales. Muchas no existen o se encuentran despintadas, aún en las esquinas más transitadas de la ciudad. Ni que hablar del calamitoso estado de muchas veredas y rampas que suelen en estar rotas u obstruidas por todo tipo de obstáculos (Ver Ciudad de Buenos Aires, problemas y soluciones). En Rosario, la situación tampoco es mejor.
Más allá de la cuestión de fondo, en torno a si los semáforos horizontales pueden ser una medida efectiva para la protección de los peatones distraídos (que según un estudio de Luchemos, suman el 13,7%), o si no deberían ser concientizados y educados para aumentar la percepción del alto riesgo que implica cruzar las calles sin mirar y distraídos hablando por celular, en nuestras ciudades, la protección del peatón es una asignatura pendiente en cuestiones mucho más básicas, por lo que se impone solucionar estas antes de invertir en experimentos de dudoso resultado y alto costo.