Los más jóvenes (menores de 25 años) se accidentan tres veces más que los mayores, son causantes de la mayoría de los accidentes que sufren, y mueren más por esta causa que por cualquier tipo de enfermedad.
Tenga en cuenta que el tránsito es un sistema conformado por cada uno de los que se mueven en la vía pública, en interdependencia los unos de los otros. Cuando piense en su hijo/a conductor/a, no pierda de vista el riesgo que implicarán los que compartan el sistema con él o ella.
Procure evaluar las posibilidades de su hijo/a para ser un conductor seguro:
- Personalidad (por ej: si es impulsivo, inestable, irascible o agresivo, mejor decir que "no, porque te quiero"),
- Responsabilidad y madurez en su manejo de las situaciones cotidianas (estudio, trabajo, etc.)
- Actitud ante el riesgo (si suele exponerse o verse "casualmente" envuelto en situaciones peligrosas, abstenerse de autorizarlo).
- Grado de independencia con respecto al grupo de pares ( un ejemplo típico de dependencia preocupante, es el de los chicos que siempre se apoyan en sus amigos para decidir qué hacer o a dónde ir). Comentan que hacen algo, aunque no quieren, porque los demás lo deciden y se muestran angustiados cuando se ven obligados, por circunstancias ajenas a ellos, a hacer algo distinto.
- Antecedentes de accidentes y/o incidentes ( en especial de carácter violento).
- Actitud frente a la autoridad.
Use esta atribución con responsabilidad, para bien de su hijo.
Aunque Ud. haya autorizado a su hijo/a para obtener su licencia, si su comportamiento como conductor es peligroso, Ud. puede presentarse y pedir la revocación de la misma. De todas maneras, no olvide el viejo dicho "Más vale prevenir que curar".
Un experto puede iniciarlo en las técnicas de conducción en mejores condiciones de seguridad que Ud.. Pero corrobore que el programa del curso incluya los conceptos de la "conducción segura o defensiva , preparación indispensable para su seguridad y toma de conciencia del sistema del tránsito.
Acompañe a su hijo/a en el proceso de entrenamiento, aún después de sacar el registro. Guíelo en sus prácticas, y transmítale su experiencia, hasta que lo vea andar seguro.
Acompáñelo/a y comparta su experiencia al conducir en diferentes situaciones: por ej.: con lluvia, de noche, con alto tránsito, en ruta, etc.
Use siempre el cinturón de seguridad y conduzca a la defensiva. Recuerde que los mensajes contradictorios pueden ser como un boomerang. Por ej.: no podrá hablarle de conducir a baja velocidad si Ud. no lo hace, o compra dispositivos para burlar radares. Su ejemplo vale más que mil palabras.
“Jóvenes, alcohol y conducción” – Guía didáctica
Los jóvenes, vulnerables al volante