Algunos medios, entre ellos, el diario La Prensa del 15 de marzo pasado, se han hecho eco de una noticia según la cual, la policía bonaerense aconseja no detenerse durante la noche ante los semáforos en rojo, sino sólo aminorar la marcha para evitar ser asaltados en el lugar. El consejo resulta erróneo y atenta contra la seguridad vial, ya que reafirma en la población la creencia de que las señales de tránsito son de respeto relativo, a criterio del usuario de la vía, quitándole a las mismas su obligatoriedad y valor incuestionable para ordenar el tránsito, evitar accidentes y, de ese modo sus trágicas consecuencias. Mucho más nociva resulta la recomendación, teniendo en cuenta que viene de quienes deben velar por el cumplimiento de la ley. Este mensaje confunde y obstaculiza la educación de la población.
Lo que la policía y autoridades municipales deberían hacer es un relevamiento de peligrosidad de cada encrucijada, y si se “comprueba” que los episodios de asalto se suceden en una zona, colocar a los semáforos con luz intermitente amarilla, como advertencia de encrucijada peligrosa , en los horarios que se consideren necesarios. Entonces sí, los automovilistas estarán habilitados a no detenerse y no habrá mensajes contradictorios que solamente sirven para reforzar la anarquía que impera en nuestro tránsito con trágicas consecuencias para todos.