Que un adulto que mató a dos personas, con alto grado de intoxicación alcohólica, exceso de velocidad, violando la luz roja y de contramano, no vaya a prisión, es una mala señal para la sociedad, que reafirma la sensación de impunidad en el tránsito que tiene la ciudadanía, y por lo tanto, NO AYUDA A LA PREVENCIÓN.
Tampoco ayudan la falta de CONTROLES DE ALCOHOLEMIA Y VELOCIDAD, situación propicia para aquellos que, desoyendo las permanentes campañas de concientización sobre el alcohol y la velocidad, y con desprecio absoluto por la vida propia y ajenas, siguen bebiendo y conduciendo, sumando nuevas víctimas en Buenos Aires y en el resto del país.
SIN CONTROLES EFICACES NI SANCIONES, NO HABRÁ SEGURIDAD VIAL