¿Qué es un conductor seguro? ¿Lo es el Príncipe Felipe?

     

El esposo de la Reina Isabel salió ileso de un aparatoso siniestro de tránsito

     El príncipe Felipe de Edimburgo (97), sufrió un vuelco luego de que la camioneta Land Rover que conducía chocara con otro vehículo, la semana pasada. Afortunadamente el siniestro no dejó lesionados graves. Y dos días después, fue fotografiado conduciendo sin el cinturón de seguridad colocado. Voceros del Palacio de Buckingham dijeron que Felipe tiene una licencia de conducir vigente y que ha cumplido con todos los requisitos de la agencia que expide las licencias. Si bien en Gran Bretaña no existe un límite de edad para conducir, los mayores de 70 años tienen que renovar su licencia cada tres años y notificar a las autoridades si tienen problemas de salud como derrames cerebrales, epilepsia o glaucoma. *

     Pero Felipe, ¿es un conductor seguro? Parecería que no.

     Un conductor seguro no es aquel que simplemente sabe manejar, en tanto domina su vehículo y sabe maniobrar con él. Un conductor seguro es aquel que conduce su vehículo de tal modo que no sufre ni causa accidentes. Para ello, cuida su estado psicofísico para conducir, mantiene en buenas condiciones a su vehículo, y atiende constantemente lo que sucede a su alrededor en el tránsito para anticiparse a las situaciones que pueden ser peligrosas y actuar en consecuencia para evitar un accidente; respeta las normas, es responsable, tiene buen juicio, consideración y respeto hacia los demás.

     Un conductor seguro debe cumplir las siguientes reglas de la conducción segura:

  • Conocer y respetar las normas y señales de tránsito.

Las normas y las señales de tránsito equivalen a las reglas de un juego. Así como no se puede jugar un partido de fútbol sin conocer y respetar las reglas, tampoco se puede conducir en el tránsito sin conocer y respetar sus reglas. Ellas ordenan el sistema y nos permiten interactuar con los demás usuarios de la vía en forma segura y llegar a destino, entendiéndonos con los demás “compañeros” de la vía pública sin tener incidentes ni sufrir accidentes.

  • Estar siempre atento y alerta acerca de lo que los demás usuarios de la vía pública hacen.

Usualmente, cuando salimos a la calle pensamos en que tenemos que llegar a un lugar determinado en un tiempo determinado o aproximado. Rara vez tomamos conciencia de que para cumplir nuestro objetivo dependemos de lo que los otros hacen en el espacio que compartimos de la vía pública.  Pero así es, para llegar a destino debemos estar atentos al comportamiento de los demás usuarios de la vía, tanto conductores como peatones, anticipar sus posibles maniobras correctas e incorrectas, para actuar en consecuencia. Mantener la atención en el entorno del sistema del tránsito, todo el tiempo, es indispensable.

  • Avisar con anticipación sus maniobras.

De la misma manera en que nosotros nos beneficiamos cuando sabemos con anticipación lo que harán los conductores o personas que comparten la vía pública con nosotros, ellos se benefician y pueden actuar con seguridad cuando uno evita las maniobras bruscas y da a conocer las intenciones de maniobrar con anticipación. El uso de luces de giro para cambiar de carril y por supuesto, para doblar, o de luces intermitentes (balizas del vehículo) si se debe aminorar la velocidad bruscamente, así como de señales manuales, aumenta la seguridad de todos.

  • Conducir en forma coordinada con los demás conductores y peatones

El apuro y la ansiedad al conducir, pretendiendo que los otros no existen, intentando sobrepasar de cualquier modo, sin esperar las mejores condiciones, acosando a los que van adelante o apurando a los que cruzan a pie, puede ahorrar algunos minutos, pero multiplica nuestra velocidad de acercamiento a un accidente que nos puede detener para siempre. Es esencial en la conducción segura, mantener la distancia de seguridad, disminuyendo la velocidad si es necesario y respetar las prioridades de paso o circulación.

  • Adecuar la conducción a las circunstancias del camino, del ambiente y del tránsito.

 La capacidad para darse cuenta de estas características (cambios climáticos, densidad de tránsito, horarios, lluvia, niebla, obstáculos en el camino, etc.) y adaptar la velocidad de circulación y las maniobras, para disminuir riesgos, es atributo del conductor seguro.

  • Reconocer las situaciones de riesgo, con la suficiente antelación para saber qué hacer para evitarlas, y actuar a tiempo para evitar el accidente.

     Es útil preguntarse mientras se conduce: ¿Qué puede pasar? ¿Cómo voy a reaccionar? Estas preguntas tendrán en cuenta las conductas de los otros usuarios de la vía, las condiciones del camino, las climáticas, el horario, el estado general al conducir, etc.

     Las ciudades y pueblos con sus calles y avenidas exigen del conductor seguro mucha atención, ya que podrá encontrarse con variedad de situaciones problemáticas planteadas por los otros usuarios de la vía pública: conductores de vehículos particulares, de transporte público o de carga, que pueden detenerse abruptamente, sobrepasar de manera imprudente, circular zigzagueando, o circular a paso de hombre por avenidas, etc.; motocicletas que aparezcan de pronto junto al vehículo o peor aún de contramano; bicicletas que se cruzan sin previo aviso; peatones -los más vulnerables en el sistema del tránsito, junto con los ciclistas- que se arriesgan cruzando inesperadamente por lugares no permitidos; vehículos de emergencia que a alta velocidad y con sus sirenas ululando, exigen que les abran paso. Y muchas otras situaciones que pueden poner en riesgo la vida.

     La única forma de evitar siniestros viales es conducir en estado de alerta permanente, aplicando las reglas del conductor seguro y atendiendo especialmente el respeto a las normas y señales del tránsito,para cuidar la vida propia y la de los demás.

*Fuentes: diariosur.es, semana.com. Foto: notiboom.com