Mediante el sistema de probation para taxistas infractores, ya se han realizado 500 viajes comunitarios para cancelar deudas por multas de tránsito, desde que el Gobierno de la Ciudad puso en marcha esta medida, una de las más polémicas. Los conductores de taxis porteños infractores, pueden pagar sus multas cumpliendo una cantidad de horas al servicio de la comunidad, de acuerdo al dinero adeudado: si tienen multas acumuladas por hasta $ 1.000, son dos horas; hasta $ 2.000, cuatro horas; hasta $ 3.000, seis horas; más de $ 3.000, ocho horas. Si se considera que un taxista recauda aproximadamente $ 350 por diez o doce horas de trabajo, se establece claramente la desproporción del pago con viajes comunitarios, en relación a las horas de trabajo destinadas al pago de multas.
Con los viajes comunitarios los taxistas pueden cancelar cualquier tipo de multas, tanto las viejas como las que vayan acumulando de ahora en adelante, y por cualquier tipo de infracción, aun las graves. Para acceder a este plan de pago los taxistas deben inscribirse en la Dirección de Licencias, en Roca 5252. Allí, un controlador de faltas les dirá cuánto dinero deben, y cuántas horas debe completar de viajes comunitarios. El taxista se anota en una lista y dice en qué momentos podría cumplir con lo requerido. Luego, otra área del Gobierno porteño, la Subsecretaría de la Tercera Edad, define los viajes que tiene que hacer, y se informa al taxista para que se presente en el lugar indicado. Los taxistas transportan a ancianos carenciados, que viven en hogares o reciben alguna ayuda de parte del Gobierno de la Ciudad: se los lleva al médico, a hacer algún trámite o incluso a actividades recreativas, como ir al teatro. Hecha la tarea, recibe un comprobante de que canceló su deuda.
Una probation es la suspensión de juicio a prueba. En este caso, se trata de que los taxistas, conductores "profesionales", deben realizar viajes comunitarios para no pagar multas por infracciones de tránsito. Además de constituir una evidente discriminación hacia el resto de los conductores, por lo menos se debería exigir el pago con viajes por un valor equivalente al de la deuda, y no los valores irreales y desproporcionados que fijó la Ciudad.