“Cubrí 35 guerras, y lo ridículo va a ser que me voy a terminar matando de un piñazo”, s/La Nación, frase dicha por el periodista Mario Podestá horas antes de fallecer en un accidente de tránsito.
Ningún argentino murió allí por los hechos bélicos, al igual que en la guerra de Bosnia, donde los únicos soldados argentinos muertos lo fueron en accidentes de tránsito.
Una vez más, en este caso, un par de periodistas mueren trágicamente, muertes que podrían haberse evitado circulando a menor velocidad y con el simple uso del cinturón de seguridad. No se saben aún las causas que provocaron el accidente automovilístico, sin embargo, sí se puede asegurar que, de haber usado el cinturón de seguridad, lo más probable es que estuviesen vivos (diez veces más posibilidades de haber sobrevivido).
Ambos periodistas murieron al salir despedidos del vehículo, que iba a 170Km/h, en una de las formas típicas de morir por falta de uso del cinturón de seguridad.
Esperamos que el dolor e impacto de estas pérdidas nos ayude a aprender de estos hechos, para que no se repitan. A su vez, sería importante que las autoridades comprendan que exigir el uso del cinturón de seguridad, es una de las leyes fundamentales que deben hacer cumplir para salvar más de 1100 vidas cada año, al igual que controlar el exceso de velocidad, que es la principal causa de muerte en las rutas argentinas.