El Viernes Santo comenzó con una tragedia cuando el micro de larga distancia de la empresa CATA, que viajaba de Mendoza a la ciudad de Buenos Aires, volcó, a las tres de la mañana, en la ruta nacional 33, 8 Km después de la ciudad de Rufino. Según información del diario Los Andes, de Mendoza, hay discusión acerca de las causas del accidente, aunque el testimonio de varios de los pasajeros sobrevivientes, entre ellos Germán Funes, fue que el chofer conducía a excesiva velocidad y podría haberse quedado dormido. Según Funes afirmó en Rufino Web, la chicharra (tacómetro) sonaba casi permanentemente y antes del accidente fatal el micro había mordido la banquina dos veces, lo que motivó que él se levantara de su asiento dos veces para reclamarle al chofer por su conducción. Golpeó la puerta de la cabina en las dos oportunidades sin obtener respuesta ni por parte del chofer ni de la azafata que se encontraba allí. Minutos después ocurría la tragedia.
Por otro lado, familiares y vecinos del chofer Camargo, fallecido, aseguraron a los medios que él fue una víctima ya que "se vio obligado a hacer tres viajes sin dormir en una cama en un solo día" . Por su parte, la empresa responsable alegó que las causas del accidente habrían sido las malas condiciones de la ruta y el mal tiempo imperante.
Aunque habrá que esperar el dictamen de las pericias, por la información disponible hasta el momento, dos factores principales parecen haberse conjugado para este triste desenlace: el exceso de velocidad,agravado por una ruta en mal estado, con lluvia y viento, y el sueño.