El diario La Nación realizó una encuesta on line entre sus lectores para que eligieran la noticia que más interés les despertó durante todo el año 2006. Las muertes por accidentes de tránsito se llevaron el primer lugar con casi el 29 % de los 63000 votos, seguida por un tema institucional, la derrota del intento de reelección indefinida del gobernador de Misiones y, en tercer lugar, la desaparición de un testigo importante en el juicio contra un ex comisario bonaerense de la dictadura militar.
Esta elección refleja, según el matutino, una defensa de la calidad de vida por medio de la autodefensa y la preservación de la sociedad frente a cuestiones que de agravarse conducirán a un deterioro en la calidad de vida de los argentinos. Las noticias elegidas, señalan problemas estructurales no resueltos que necesitan de resoluciones urgentes por parte del Estado. Es allí donde apunta la mirada de los argentinos.
Este resultado no es nuevo. Hace años que el problema de los muertos en el tránsito inquieta como un tema principal a la ciudadanía, como ya ha sido registrado por los encuestadores políticos en sondeos preelectorales de fines de los noventa. Es un tema candente e instalado en la opinión pública nacional.
Sin embargo, esta inquietud de la ciudadanía no ha logrado contagiar a nuestros gobernantes, que continúan eludiendo el problema y no ejecutan una política de estado que revierta la anarquía que se vive en calles y rutas con un saldo trágico diario de más de 20 vidas. Se anuncian medidas efectistas parciales, en el mejor de los casos, de ejecución pasajera, sin resultados positivos para la sociedad.
Los políticos que aspiran al voto de las mayorías tienen aquí un desafío que les podría permitir hacer historia. Por supuesto, se necesitan hechos, no solamente palabras. Y hechos coherentes, planificados, sostenidos en el tiempo y consensuados con todos los sectores de la sociedad y el espectro político. Esta es una oportunidad histórica que los está esperando. La sociedad argentina lo demanda.