La Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires sancionó recientemente la ley que establece el Sistema de Evaluación Permanente de Conductores. Este sistema de “licencia por puntos”, dio excelentes resultados en otros países. Pero podríamos decir que ésta es una versión “light” comparada con los países desarrollados y avanzados en Seguridad Vial.
La “licencia por puntos” debe estar enmarcada en un marco de controles eficaces y sanciones efectivas. En los países desarrollados es exitoso ya que es un “ajuste de tuerca” para perfeccionar el sistema de controles y sanciones existentes. Sin esos controles y sanciones, es poco útil, ya que a ningún infractor se le restarán puntos al no ser detectadas sus conductas. ¿A quién le van a quitar los puntos si no se controla ni sanciona? Suponiendo que saquen puntos y haya personas que queden inhabilitadas para conducir: ¿quién va a controlar que no lo hagan? ¿un cuerpo de tránsito poco preparado como lo fue la Guardia Urbana?
Entre los puntos cuestionables de la norma están el que establece que se debe identificar al infractor (salvo en el caso de exceso de velocidad), por lo que muchos infractores no serán sancionados. También es negativa la exención de asistir a la charla de concientización y actualización al renovar la licencia si el conductor no sufrió descuento de puntos los últimos dos años, así como el escaso puntaje a perder por falta de uso del cinturón de seguridad o casco. Otro tema a tener en cuenta es el hecho de que a la ciudad de Buenos Aires todos los días ingresan conductores con licencias otorgadas por muchos de los municipios del Gran Buenos Aires, los cuales no serán alcanzados por la sanción, por lo que se hace necesario de que la provincia de Buenos Aires implemente un sistema similar.