Ayer, en 13 esquinas porteñas complicadas para cruzar, empezó un operativo de tránsito que apuntó a entregar folletos a los peatones y a recordarles a los automovilistas el cumplimiento de normas como el uso del cinturón de seguridad, la no invasión de la senda peatonal y el no uso del teléfono celular mientras se está al volante. El mismo estuvo a cargo de 65 guardias urbanos y cuenta con el apoyo de la Policía Federal e inspectores de Seguridad de la ciudad de Buenos Aires.
Según la información publicada por el diario Clarín, el operativo de ayer consistió en seis grupos de control que a lo largo de la jornada se apostaron en dos puntos de la ciudad cada uno, en uno, cuatro horas por la mañana y en el otro, cuatro por la tarde, dentro de la zona del microcentro delimitada por las avenidas libertador, H.Yrigoyen, Pueyrredón y Paseo Colón.
Resulta demasiado poco para una ciudad en la cual mueren dos personas cada tres días en accidentes de tránsito y en la que, según cifras oficiales de la Defensoría del Pueblo porteña, los accidentes de tránsito crecieron el 15% durante el primer trimestre del año en comparación al mismo período del mes anterior.