Nuevamente, un caso de un conductor fuertemente alcoholizado involucra a un alto funcionario público.
Mauricio Colello, secretario general del Ministerio del Interior, protagonizó un grave choque que terminó con el vuelco de un auto, que estaba parado frente al semáforo rojo en la Av. Corrientes y Leandro Alem, pleno centro porteño, y fue chocado por atrás por el VW Vento, vehículo oficial, que conducía el Secretario a alta velocidad y en estado de ebriedad. El hecho ocurrió el pasado domingo 23 de octubre por la noche y según fuentes policiales el funcionario tenía en sangre un contenido de alcohol que doblaba el límite de 0,5 g/l permitido. Afortunadamente, las víctimas del coche volcado por el impacto solo sufrieron politraumatismos leves.
Resulta lamentable que aquellos funcionarios que tienen a su cargo importantes responsabilidades públicas no puedan cumplir con las más elementales e importantes normas, tales como la Ley de Tránsito, poniendo en riesgo sus vidas y las de los demás y dando un nefasto ejemplo a la sociedad.
El alcohol es un tóxico depresor del sistema nervioso que disminuye fuertemente la capacidad de conducir. El Programa Conduciendo Por la Vida informa acerca de este tema:
La investigación mundial ha identificado como una medida indispensable para disuadir a los conductores a beber, la realización sistemática de controles de alcoholemia y la sanción severa a los que superen los límites legales permitidos de alcohol.
En Argentina, los controles de alcoholemia son escasos, esporádicos y sólo en algunos puntos del país. Un abordaje serio requiere controles sistemáticos, generalizados y continuos de alcoholemia en todas las rutas y las ciudades y que se sancione efectiva y seriamente a los transgresores.
Además, el Congreso debería sancionar la Ley pendiente de los Delitos contra la Seguridad Vial, en especial el de la conducción alcoholizada en alto grado.
(Ver Delitos)
Fuente y foto: Clarín