Los choferes de los colectivos que protagonizaron el accidente en la esquina de Callao y Bartolomé Mitre, el lunes 27 de agosto, a raíz del cual murió un peatón, continuarán detenidos porque ambos cuentan con antecedentes penales.
El chofer de la línea 60, hace 5 años “fue condenado a la pena de ocho meses de prisión de ejecución condicional y dos años de inhabilitación especial para conducir vehículos automotores”, por habérselo encontrado culpable de haber cometido lesiones culposas. El chofer de la línea 105 fue sentenciado en 2002 “a la pena de un año y diez meses de prisión en cumplimiento en suspenso” por tentativa de robo de un auto dejado en la vía pública.
El accidente se produjo cuando el chofer del colectivo de la línea 105, que circulaba por Bartolomé Mitre, aceleró la marcha para cruzar Callao antes del cambio de semáforo. En ese momento colisionó con el interno de la línea 60, que avanzaba por la última arteria. Tras el golpe, el colectivo de la línea 105 se subió a la vereda, atropelló a varios peatones y avanzó unos 60 metros, atropellando a un peatón, que murió instantáneamente, antes de chocar con una construcción.
La magistrada interviniente destacó “las especiales características del hecho, en el cual perdió la vida una persona y en el que resultaron lesionadas otras, con lo que se advierte un enorme desprecio por la vida humana” por parte de ambos conductores.
Lamentablemente debió morir otra persona, para que esta situación quede en evidencia. Los chóferes “profesionales” que en esta ocasión causaron un muerto y varios heridos en pleno centro de la ciudad de Buenos Aires, y que, en vista de sus antecedentes, no debieron haber estado al volante de un vehículo de transporte de pasajeros.
Cabe la reflexión: ¿cuántos choferes “profesionales” de éstas características, habrá en este momento circulando por las calles y rutas de nuestro país, poniendo en riesgo la vida de los demás?