El tribunal Nº 3 de Quilmes condenó al chofer Pedro Enríquez a 5 años de cárcel de cumplimiento efectivo y 10 años de inhabilitación para conducir al responsabilizarlo por la muerte de la joven Yamila Morán, de 16 años, que el 29 de junio de 2000 viajaba en el colectivo trucho que él conducía y resultó muerta al ser arrastrada y atropellada cuando su mochila quedó enganchada en la puerta delantera mientras descendía del transporte. El chofer arrancó a alta velocidad arrastrando a la joven varios metros y luego la arrolló provocándole la muerte. Como agravante, el conductor estaba, en ese entonces, inhabilitado para conducir por la condena en un juicio anterior por lesiones culposas en otro accidente de tránsito.
La condena es la máxima posible en la legislación actual para los delitos culposos. Y es abslutamente merecida debiendo hacerse extensiva de algún modo al empleador que lo contrató para trabajar a pesar de que sabía de la inhabilitación de Enríquez.
La madre de la víctima, Mariana Ayala, destacó la justicia de la sentencia y se quejó de la falta de controles que hizo posible que este señor continuara conduciendo a pesar de no tener licencia habilitante.