Un nuevo actor vulnerable y muy peligroso para sí y los demás, especialmente para los peatones, se incorporó últimamente al sistema del tránsito de la Ciudad. Es una tendencia que crece en las principales urbes de todo el mundo: los monopatines eléctricos.
En Londres, Emily Hartridge, estrella de YouTube y presentadora de televisión inglesa (35), murió el viernes pasado cuando el monopatín eléctrico que conducía chocó contra un camión. Es la primera víctima mortal registrada en el Reino Unido de un incidente con estos nuevos vehículos, aunque ha habido muchos más en otras ciudades americanas y europeas.
Los monopatines eléctricos son inestables, poco visibles, muy silenciosos, y circulan a velocidades considerables (25 a 30 km/h) por todas partes, por las veredas entre peatones, por la calzada y en las ciclovías. Sus usuarios no tienen en claro qué son en la vía pública al moverse en monopatín. Un problema muy serio, que la Ciudad ha intentado subsanar al aprobar un marco regulatorio para ellos.
Allí se los encuadra como "Dispositivo de Movilidad Personal" al Código de Tránsito y Transporte. Una serie de artículos regulan su uso, así como los requisitos de seguridad y sanciones aplicables en el caso de cometer una infracción a bordo de ellos. Por ejemplo, en monopatín eléctrico se debe circular por las ciclovías y la calzada respetando el sentido de circulación, nunca por las veredas; usar casco; no superar los 25 km/h; y contar con bocina, frenos y luces. Además, sólo se permite una persona por vehículo, y la edad mínima para usarlo es 16 años.
Sin duda, además de la toma de conciencia de los usuarios de su fragilidad en el tránsito, se necesitarán controles muy estrictos –algo inusual en nuestras ciudades-, y autoridades responsables, para que su uso no sea un nuevo factor de heridos y muertos en el tránsito.
Fuentes y foto: tuotrodiario.hola.com, clarín.com