25 años y 33 intentos para sacar la licencia de conducir

     No fue aquí, sino en Inglaterra donde, de acuerdo a la información publicada en Diario Hoy de España, Christian Whiteley intentó 33 veces durante 25 años, para finalmente obtener la licencia de conducir después de haber gastado cerca de 12.000 euros.

 

     Obtener la licencia de conducir en los países avanzados en seguridad vial no es fácil. Por ejemplo, en España hay que superar un examen teórico, con 30 preguntas tipo test, de las que no pueden fallarse más de tres, y una prueba práctica en un entorno urbano y/o interurbano, que dura como mínimo 25 minutos. Conducir puede ser un placer, pero aprender a hacerlo, un suplicio. Según los últimos datos aportados por la Dirección General de Tráfico (DGT) en 2017, el 73% de los alumnos que se examinan fracasan en el primer intento de examen. Ya en 2015, las más de 6.000 autoescuelas españolas advertían de unas cifras desoladoras, ya que de los 872.000 exámenes prácticos que se realizaron ese año, sólo 176.877 se aprobaron la primera vez que se presentaron a examen, apenas un 20%. La prueba teórica tampoco arrojó mucho mejores resultados: solo el 46% la superó la primera vez. Y así, la exigencia es semejante en otros países llegando al caso de Suecia, de rigurosidad extrema.

     En Argentina, en cambio, y sin entrar a considerar los casos de licencias obtenidas a cambio de dinero, por amiguismo o favor político, y a pesar de algunas mejoras logradas con la implementación de la licencia nacional de conducir en algunas localidades, ésta se obtiene fácilmente con un examen teórico superficial y sencillo, y el práctico, en general, se reduce a saber estacionar en 3 movimientos entre 2 caballetes, y demostrar capacidad para circular marcha atrás, acción que la ley prohíbe. Casi no existe el chequeo de ítems de conducción segura. Urge repensar y unificar los criterios para el otorgamiento de licencias de conducir, en función de promover la seguridad vial, habilitando solamente conductores seguros, idóneos y responsables, que sumen seguridad al sistema del tránsito, y para ello resulta fundamental exámenes teóricos y prácticos exhaustivos y serios.

     Como complemento indispensable se debe controlar que nadie conduzca sin licencia o menos aún, habiendo sido privado de la misma por las autoridades, lo que debería ser sancionado severamente, transformando dicha conducta en un delito