Los investigadores de siete países reunidos en La Haya para conocer y analizar información sobre las tendencias en el número de personas que conducen vehículos luego de haber ingerido alcohol , acordaron en, al menos, un punto: en todos sus países hubo avances en relación con este problema, en la década de los "80". Las razones específicas que los motivaron no son tan claras, sin embargo.

Así, por ejemplo en Australia la proporción de ocupantes de vehículos cuyo índice de alcohol en sangre era superior a lo permitido por la ley, y que sufrieron lesiones fatales en accidentes bajó del 44% en 1981 al 30% en 1992. La proporción de todos los conductores que habían sufrido choques, también disminuyó, según los resultados de las pruebas de alcoholemia realizadas en la zona metropolitana de Adelaida. El límite legal de alcohol en sangre permitido en Australia estaba, entre el 0,5 ‰ y el 0,8 ‰, en la década los '80 , según el estado. Hoy en día, varían entre el 0,2 ‰ y el 0,5 ‰.

Los investigadores australianos no encontraron ninguna disminución en el número de choques univehiculares nocturnos, que generalmente involucran a conductores con altos índices de alcohol en sangre. Pero sí encontraron un cambio sustancial en la ubicación de los mismos, que pasó de las calles principales a otras secundarias donde no se realizan controles de alcoholemia.

En Canadá, los conductores que sufrieron lesiones fatales contando con índices de alcohol superiores al permitido por la ley representaron un 35% del total de conductores muertos en accidentes en l990, inferior en comparación con el aproximadamente 50% que representaban en l973-l980

En Alemania, Bernd Friedel y otros han observado que el índice de muertes en accidentes que involucran a conductores con índices de alcohol en sangre susceptibles de ser medidos bajaron un 57% entre l975 y l990. La cantidad de muertos en accidentes con presencia de alcohol bajó un 44%. Estos hallazgos son similares a los de otros países, aunque se diferencian en que incluyen a todo conductor que haya consumido una cantidad de alcohol mínima que pueda ser medida, y no sólo aquellos que superaron el índice máximo permitido por la ley.

En Gran Bretaña, el 38% de todos los conductores que sufrieron heridas fatales en 1982 tenían índices superiores al 0,8 ‰, límite legal. En l990, la proporción había bajado un 19%.Cifras similares se manejan en los Países Bajos, donde el límite legal de alcohol en sangre era 0,5‰.

En Suecia el límite legal es más bajo que el de los otros seis países asistentes: 0,2‰. Hans Laurell señala una mejora en la relación entre alcohol y conducción, pero cree que no es posible hacer una cuantificación específica con los datos disponibles. Destaca el hecho de que la mayoría de los conductores que habían consumido alcohol y que murieron en accidentes univehiculares en Suecia durante l989-l992 , tenían índices de alcohol en sangre muy altos (1,5‰ o más). El índice de alcohol en sangre promedio para los conductores que murieron en estos choques era del 1,7‰.
Las medidas destinadas a contrarrestar el problema fueron muy similares en todos los países durante esta década. Los investigadores señalan la aparición de varios cambios en la legislación, estableciéndose límites máximos de alcohol en sangre tolerados a conductores (B.A.C.) y controles permanentes de los mismos en calles y rutas, así como el surgimiento de grupos de víctimas y el creciente interés en el problema del alcohol y conducción, demostrado también por las organizaciones relacionadas con el cuidado de la salud. Durante la década del '80' aumentaron las medidas destinadas a asegurar el cumplimiento de la ley y las publicidades sobre ellas.