DESPIERTE!!!
Cuando usted conduce, sentir sueño es peligroso. Sentir sueño indica que se encuentra lentificado el tiempo de reacción, que la atención ha decrecido y que se encuentra alterada la capacidad de juzgamiento de las situaciones; algo parecido a lo que pasa con el alcohol y las drogas. Y al igual que estos últimos, sentir sueño contribuye a chocar.
La mayoría de la gente sabe, por lo menos intelectualmente, que tomar y conducir puede ser fatal, pero ignora que conducir somnoliento puede ser tan fatal como conducir alcoholizado.
Todos tenemos nuestro reloj biológico y éste tiene mucho que ver en nuestro accionar cotidiano. Su reloj biológico es el que le dice que es su hora de almorzar, la de su merienda, que le genera sensaciones especiales ligadas a necesidades básicas (hambre, sueño, etc.) a ciertas horas del día; lo cual va acompañado de alteraciones físicas imperceptibles, tales como cambios en su temperatura corporal, en la presión arterial, etc.
La mayoría de las personas posee un ciclo rítmico diario de aproximadamente 24 horas. Aunque la distribución de algunos “items” varían de persona a persona.
Existen personas “mañaneras” que se sienten más productivas y están más alertas en las horas de la mañana, mientras que las personas “nocturnas” disfrutan y se sienten más vivas en las horas de la noche y suelen trasnochar. Mucha gente joven se siente muy cómoda despierta hasta muy tarde y , a la inversa, la gente mayor tiende a acostarse más temprano y madrugar en la mañana.
Pero hay dos tiempos del día en los cuales la mayoría de los relojes biológicos marcan como preferidos para sentir sueño y dormir . Uno es la conocida como “hora de la siesta”de las 2 a las 5 de la tarde. La otra es la “madrugada” de las 2 a las 6 de la mañana. Una importante cantidad de accidentes de tránsito se producen en estas horas del día, cuando conductores convencidos de estar despiertos pierden el control de su vehículo porque se quedan , aunque sea por unos instantes, dormidos o adormilados.
El problema es el reloj biológico, ese que marca el ritmo de funcionamiento de nuestro organismo y que altera el funcionamiento corporal en todas sus facetas.
Cuando el ritmo biológico marca dormir, nuestro organismo se lentifica y adecua para el sueño, es decir, el sistema neurovegetativo se modifica en su funcionamiento y nos sentimos más relajados, nuestra atención decae, nuestra actividad refleja se lentifica, etc.
Y esto les ocurre a todos: chicos y grandes, jóvenes y viejos. Aunque con el aumento de la edad también se combinan otros factores (Ver: Ruidosos y Muchas razones).
Es común el planteo de muchos adolescentes y jóvenes, fanáticos de la noche, en cuanto a que ellos no necesitan dormir tanto. En las charlas cotidianas en colegios secundarios es muy común escuchar a chicos y chicas comentar, casi con orgullo, que ellos habitualmente se duermen de madrugada y con “cuatro o cinco” horas de sueño andan de “diez”.
Esta es una fantasía que solamente tiene un asidero, el del cuerpo joven que aguanta un poco más la privación de sueño, como puede soportar un ritmo de trabajo más intenso por un tiempo, que resentiría al cuerpo de un cuarentón. Pero atención, los que duermen poco están forzando la máquina, y privándola de energía, y en algún momento va a fallar. Lo grave es que esta falla ocurra estando al volante de un coche, a la vuelta de una divertida noche de viernes o sábado. Y desgraciadamente ocurre con mucha frecuencia.
Según una investigación americana, los varones menores de 25 años tienen el más alto riesgo de dormirse mientras conducen. La mitad de los conductores víctimas de accidentes por haberse quedado dormidos son menores de 25.
Por otro lado, están los “adultos” que argumentan que ellos pueden conducir de noche igual o mejor que de día, e invocan una serie de razones, ignorando el grave riesgo que implica desafiar a su propio ritmo biológico , a su organismo, al forzarlo a estar alerta en las horas habituales de reposo para él (y no hablamos de los demás factores de riesgo como los límites de visión, la monotonía y cortedad del paisaje, los encandilamientos, la FATIGA acumulada después de un largo día de trabajo, etc.)
Muchas veces la gente comenta espontáneamente, especialmente durante fiestas o salidas nocturnas, que cada uno tiene su hora pico de somnolencia, en general alrededor de medianoche, y pasada esa hora pueden permanecer despiertos muchas horas más. Esto puede ser cierto, pero despierto no significa con todos los sentidos alerta y todas las funciones psicofísicas a pleno. Esta pequeña diferencia puede significar la muerte estando al volante de un automóvil.
A menudo se piensa que un cafecito, por ejemplo después de una cena o cuando se pasaron varias horas al volante, puede despejarnos y habilitarnos para conducir, sin embargo los estimulantes no sustituyen al sueño. Las bebidas que contienen cafeína pueden mantenernos un poco más despiertos por un rato, pero no le devuelven al organismo su capacidad plena de funcionamiento. Pueden suceder los episodios de “sueño corto” o micro-sueños, estados de adormecimiento que pueden durar cuatro o cinco segundos, lo que medido en los metros que se recorren andando, son demasiados para circular dormido.
Lo mismo ocurre con ducharse, esto puede despejar por un rato pero los ritmos biológicos no se alteran.
El sueño no es como el dinero. No es posible ahorrarlo un tiempo para usarlo después. Sin embargo, las deudas de sueño, parecido a las monetarias, suelen cobrar muy altos intereses, se pagan caras. Tan caras que pueden costar la vida.
Mucha gente vive con “deudas” de sueño. Le debe sueño a su cuerpo por diferentes razones. La mayoría duerme menos horas, de las siete u ocho horas mínimas que serían necesarias para descansar bien, porque se acuesta tarde y se levanta temprano. Pero también hay personas que tienen desórdenes del sueño que les impiden aprovechar adecuadamente las horas que están en reposo (Ver: Ruidosos y Muchas razones)
Uno puede mantenerse despierto porque está excitado o nervioso, pero en cuanto se dan ciertas condiciones de calma, el sueño hará su aparición, reclamando el cuerpo lo que necesita. Cuando la gente se sube al auto y comienza a andar, la excitación desaparece y es reemplazada por la monotonía de la conducción, entonces el sueño toma su lugar. Las fiestas hasta altas horas de la madrugada, combinadas con ingestión de bebidas alcohólicas , suelen ser una combinación fatal.
Pero también la conducción durante muchas horas pone a prueba la necesidad de descanso y sueño.
Una sorprendente número de personas viven cansadas la mayor parte del tiempo porque sufren desórdenes del sueño. En la apnea durante el sueño, un desorden bastante frecuente, la persona durmiente ve entorpecida su respiración, lo que se manifiesta en ruidos al respirar, los tan comunes ronquidos. Cuando se produce la interrupción del paso de aire, la persona despierta y hace un jadeo o una respiración profunda . Inmediatamente se puede volver a dormir y esta secuencia se puede repetir hasta 600 veces , en los casos más severos, sin que la persona sea consciente de lo que le sucede. Sin embargo, además de molestar al compañero de cuarto, el resultado del sueño no es satisfactorio y la persona se siente cansada desde que despierta. Esta afección es padecida por muchas personas de mediana edad (4% en hombres y 2% en mujeres) , pero se hace más frecuente entre las personas mayores de 65 años (28 % en hombres y 24% en mujeres).
Este problema es importante cuando se habla de conducción. Se estima que las personas que roncan tienen de tres a siete veces más posibilidades de quedarse dormidas estando al volante. Por ello es importante saber que este desorden del sueño es tratable.
Existen muy variados factores que trastornan el sueño de las personas.
Ciertas situaciones de insomnio pueden ser producidas por stress, depresión o ansiedad , dolores corporales (Por ej. por artrosis), problemas respiratorios, gastrointestinales o cardiovasculares, trastornos hormonales (Ej: los golpes de calor de las mujeres menopáusicas, la disminución de melatonina en la gente mayor), consumo de ciertos medicamentos (Ej.: antidepresivos, antihipertensivos), sonambulismo, etc. También ciertos hábitos de vida pueden cooperar para producir insomnio o un dormir con interrupciones (Ej.: El excesivo consumo de alcohol, consumo de café antes de dormir, horarios irregulares para dormir, fumar en exceso, tomar siestas prolongadas por la tarde, hacer ejercicios antes de ir a dormir).
La falta de sueño tiene un síntoma evidente para el que lo padece , el cual se siente mal dormido al día siguiente . Pero tiene efectos que han sido estudiados y medidos en el rendimiento físico y mental, y de los cuales no siempre se es consciente. La persona se halla con menos energía, tiene dificultades para concentrarse, se acortan los períodos de atención, se encuentra inestable emocionalmente, disminuye el rendimiento en el trabajo y por supuesto decae la calidad de la conducción cuando se encuentra al volante, aumentando el peligro de accidente.
Por eso, si está cansado no conduzca.
MCI