Redefinir la educación vial:
La concepción sistémica del tránsito y la educación vial
(Segunda parte)
En esta segunda parte de nuestro artículo, nos fijaremos en el concepto de tránsito como sistema y su relevancia en la tarea educativa que nos ocupa
¿Qué es el tránsito?
De las diferentes definiciones existentes, elegimos la que entiende "el tránsito como el desplazamiento de vehículos y personas a lo largo de las vías de circulación, bajo un sistema convencional de normas". Desde este punto de vista, el tránsito es un sistema organizado y conformado por el hombre. Todas las personas que circulan por la vía pública hacen una parte del mismo, en interdependencia de los unos con los otros. Cada vez que alguien "sale" de su casa y comienza andar, "entra" a formar parte de un todo en movimiento. A todos los que circulan, independientemente de adónde vayan, los une el objetivo común de circular de un punto a otro. Cada uno depende de los otros para que el objetivo se cumpla. La conducta individual de cada uno condiciona e influye sobre la de los demás y viceversa. Cada usuario de la vía es responsable de una parte del tránsito.
Si bien la seguridad del sistema depende también de los otros elementos que lo forman, la claridad y efectividad de las reglas que lo ordenan, las condiciones adecuadas del camino y su señalización, y las de los vehículos, que circulan en él; no caben dudas de que son las personas, los usuarios de la vía (peatones y conductores), quienes en cada momento y en cada lugar, con su comportamiento, terminan de conformar y definir las características del mismo.
Desde este punto de vista, "un objetivo principal de la educación vial debe ser motivar, en los educandos, la conciencia de ser una parte activa y responsable del sistema del tránsito, posibilitándoles, a través del proceso de enseñanza-aprendizaje:
- conocer y comprender la características del mismo y las reglas que lo ordenan.
- comprender los riesgos del sistema (posibilidades de accidentes) y la forma de evitarlos,
- para desarrollar, como participantes del tránsito, actitudes, conductas, y hábitos seguros, responsables y solidarios para el cuidado y respeto de la propia vida y la de los demás, en el espacio compartido de la vía pública,
- contribuyendo a que cada uno de ellos llegue a ser agente de cambios positivos en su comunidad."
Ventajas de la utilización de la concepción sistémica del tránsito en educación
Nuestra propuesta es enfocar la enseñanza de la educación vial desde la perspectiva de la concepción del tránsito como un sistema que hacemos entre todos, lo cual, desde nuestra experiencia en la educación vial de niños, adolescentes y adultos, aporta las siguientes ventajas:
- Define la acción de circular en la vía pública como un acto social. La interacción e interdependencia están en el centro de la atención. Ya no se trata solamente del niño que va a su escuela, se trata del niño que va a transitar, a interactuar con los demás en un espacio compartido y que les pertenece a todos; para lograr su propósito debe tener siempre en cuenta a los demás.
- Se resignifica y revalorizan las normas y señales que ordenan el sistema y hacen posible la interacción. El niño, adolescente o adulto, puede comprender la necesidad de que existan reglas de circulación y códigos de comunicación y entendimiento con los demás usuarios de la vía, para poder interactuar entre sí. Surge un espontáneo interés por conocerlas.
- Ser un "hacedor" del sistema hace a cada usuario "responsable" inmediato del mismo.
- Los aprendizajes ligados a la conducción segura, como peatones, pasajeros, y conductores de vehículos (tanto en la práctica de habilidades, reglas y señales, desarrollo de actitudes y comportamientos seguros, conducción defensiva, habilidad para la toma de decisiones, uso de elementos de seguridad pasiva, etc.), resultan más fácilmente comprendidos y aprendidos.
- El enfoque participativo y social del tránsito, moviliza la reflexión y el sentido auto-crítico, Y en los niños mayores y adolescentes, estimula la espontánea crítica al sistema y la búsqueda de soluciones.
En nuestra temática, al igual que en todas las cuestiones del medio ambiente y progreso de la humanidad, vencer la mentalidad "individualista" y reemplazarla por conciencia de "comunión con los demás", es clave para el logro de nuestros objetivos.
Metodología
Para quien se pregunta cómo tratar este concepto en todas las edades de los educandos, si es posible entre los niños más pequeños, por ejemplo, se puede afirmar que sí, es posible, pero que mejor que hablarlo es hacerlo, experimentar el hacer el "sistema". Con sus diferentes variantes, de acuerdo a la edad de los estudiantes, mencionando la palabra "sistema", o no, en el caso de los más pequeños , la metodología básica es la siguiente:
Utilizamos un enfoque pedagógico "constructivista", para el logro de nuevos conocimientos significativos, es decir, conocimientos comprensivos, no-memorísticos, que permanezcan en el tiempo y les sean de utilidad para el logro de soluciones a problemas a teóricos o prácticos de su vida. Para que estos aprendizajes se concreten, desarrollamos actividades participativas, en la modalidad de talleres, donde el educando es el verdadero protagonista de la acción, procurando estimular su capacidad reflexiva y de observación para la resolución de situaciones problemáticas, partiendo de su nivel madurativo y de la realidad en la que vive y que le es significativa, para ampliar sus horizontes y brindarle posibilidades para su vida comunitaria.
En nuestra experiencia de trabajo, todos los contenidos de Educación vial en escuelas y también en capacitación de conductores adultos se ven enriquecidos y facilitados,cuando se los relaciona con la concepción sistémica del tránsito, lo que facilita cambios positivos y duraderos en actitudes, comportamientos y hábitos.
Lic. María Cristina Isoba