Hace ya cuatro años, decíamos: "Si Brasil puede, por
qué no nosotros? (ver revista Nº 12, l999), y ahora, cinco años después de
la entrada en vigencia del nuevo código de tránsito en ese país, no podemos
dejar de manifestar y comunicar nuestro asombro y admiración por los progresos
alcanzados en seguridad vial, precisamente a partir de la puesta en vigencia
legal y real de una nueva ley de tránsito, muy semejante a la ley
argentina, con la diferencia que, aunque más nueva, hay un esfuerzo
permanente y creciente para que tenga vigencia real en las calles y rutas, a
través de controles permanentes y sanciones efectivas que dan resultados
concretos: En los estados sureños de Río Grande y Santa Catalina, y
especialmente en la ciudad de Florianópolis, vimos a casi todos con los
cinturones de seguridad colocados (hicimos una medición de uso en dicha
ciudad, en conductores de automóviles particulares, que arrojó un índice del 85%
de uso, tal vez uno de los índices de uso del cinturón de seguridad más altos
de América Latina ) Pero el uso incluye a policías en sus patrulleros
(todos), conductores de ómnibus, camiones, camionetas, etc (personalmente
lamenté y me avergoncé de que muchos de los relativamente pocos que todavía
no usan allí el cinturón de seguridad ¡eran argentinos de vacaciones!) El uso del casco en motocicletas y ciclomotores es casi
total, aún en el caso de motocicletas con dos ocupantes. En las rotondas, que son abundantes, las prioridades se
cumplen estrictamente, así como el control del estacionamiento indebido en el
ejido urbano. También vimos en las rutas y autopistas alto respeto por los
límites de velocidad, estimulado por controles y sanciones, de los
cuales muchos argentinos turistas, habituados a la impunidad en el tránsito en
nuestro país, traen recuerdos no muy agradables (aunque educativos, y
protectores de la vida de los sancionados y de los que se cruzan por su
camino) Ya lo había dicho el coronel Eliésio Rodrigues, de la
policía brasilera, que "la mayor cantidad de multas es el principal
responsable de la disminución del número de accidentes, pero que es necesaria
una mayor agilidad en el área administrativa para que las multas sean cobradas
efectivamente, ya que cuando a la población le duele el bolsillo va a
pensarlo dos veces antes de volver a cometer una infracción". Mientras tanto, los principales diarios y otros medios de
comunicación masiva no pierden oportunidad diaria de hablar y divulgar
algún tema de prevención de accidentes y educación vial (por ejemplo, la
campaña constante que desarrolla el "Diario Catarinense", desde hace
5 años, titulada "Use la cabeza: conduzca por la vida". A esta altura, ya usted se estará preguntando con nosotros
una vez más: ¿porqué ellos pueden y nosotros no? No estamos poniendo el
ejemplo en este caso de un país muy desarrollado, sino el de otra nación
latinoamericana, semejante en cultura y subdesarrollo a nosotros. ¿Podrán nuestras autoridades y políticos de todo el país
dejar de lado actitudes demagógicas perniciosas y comprender de una vez por
todas que sin controles eficaces ni sanciones efectivas no habrá seguridad
vial?
Brasil: seguridad vial en crecimiento