revista "luchemos por la vida" - Año 6 - Nº 18

Medicamentos & conducción

 

La ingestión de algunos medicamentos puede afectar seriamente la capacidad para conducir vehículos. Muchas personas no lo saben y se arriesgan gravemente conduciendo bajo sus efectos. Luchemos por la Vida ha elevado una propuesta para la introducción de pictogramas de advertencia en la caja y prospectos de estos medicamentos.  

Un signo de alerta para la vida

Los medicamentos, herramientas valiosísimas para recuperar o mantener la salud, pueden, en ciertos casos, transformarse en un riesgo para la seguridad e integridad de las personas en el tránsito. Esto ocurre cuando las drogas que componen el medicamento, en sí mismas o asociadas con otros químicos, alteran el estado psicológico y/o físico del conductor en funciones necesarias para conducir.
Legalmente, la ingestión de drogas, impide conducir "cuando altera los parámetros normales de la conducción, cuando existe somnolencia, fatiga o alteración de la coordinación motora, la atención, la percepción sensorial o el juicio crítico".
Son muchos los medicamentos recetados que pueden afectar fuertemente la capacidad de conducir. Por ello es importante consultar al médico cuando un nuevo fármaco es recetado para saber si el mismo puede afectar la conducción, y también es muy útil leer los prospectos del mismo para conocer los posibles efectos negativos sobre la capacidad de conducir. Pero la mayoría de los consumidores no lo hace. Y muchos se automedican, sin conocer los posibles efectos negativos para la conducción.

El triángulo rojo para la prevención de accidentes

Luchemos por la Vida ha presentado en 1998 una propuesta al ANMAT (Administración Nacional de Medicamentos), que tiene a su cargo el control y autorización de medicamentos, para la aprobación de una disposición que obligue a los laboratorios medicinales a la impresión, en los frentes de los envases de medicamentos y en el prospecto, de un triángulo rojo atravesado con la frase "Puede afectar a la conducción", en el caso de aquellos productos que por las características de sus componentes químicos, puedan producir alteraciones en la capacidad de conducir vehículos. 
Esta propuesta se basa en exitosas experiencias desarrolladas en los países escandinavos que son "modelos y pioneros en seguridad vial", en los cuales esta disposición rige desde hace años. Luchemos perfecciona la propuesta vigente en europa nórdica, al agregar la frase "puede afectar la conducción" para facilitar la comprensión del signo y sus alcances.
Este signo servirá de advertencia recordatoria para pacientes y médicos, lo cual podrá significar evitar muchas situaciones de riesgo y accidentes.

Atención médicos, la ley de tránsito dice:
Los médicos que detecten en sus pacientes una enfermedad, intoxicación o pérdida de función o miembro que tenga incidencia negativa en la idoneidad para conducir vehículos, deben advertirles que no pueden hacerlo o las precauciones que deberán adoptar en su caso. Igualmente, cuando prescriban drogas que produzcan tal efecto. (Art. 73, ley 24.449)

Medicamentos que pueden interferir en la capacidad para conducir

Si bien es muy amplio el listado de medicamentos potencialmente peligrosos para la conducción, y sus efectos pueden variar según la edad, sensibilidad, tolerancia, estado psico-físico, circunstancias de vida, etc., los expertos han realizado listados de diversos de productos especialmente peligrosos y potencialmente peligrosos. Sin agotar en los siguientes cuadros la totalidad de esos medicamentos, resulta interesante comprender que el riesgo de ingerir fármacos y sufrir alteraciones es alto.

Los efectos pueden ser diversos. Entre los más importantes figuran:
Especialmente peligrosos 

Analgésicos narcóticos
Antiepilépticos (algunos)
Antihistamínicos sistémicos
Antitusivos asociados al alcohol
Psicoestimulantes
Relajantes musculares centrales
Sedantes-hipnóticos
Tranquilizantes
Potencialmente peligrosos

Anorexígenos
Antidepresivos
Antidiabéticos
Antiepilépticos
Antiespasmódicos
Anticolinérgicos
Antiparquinsonianos
Antitusivos
Oftalmológicos
Hipotensores
Neurolépticos o antipsicóticos
Ansiolíticos


a) Somnolencia y otros trastornos del sueño
b) Alteraciones del sentido de la vista
c) Alteraciones del sentido del oído
d) Alteraciones psíquicas
e) Alteraciones del sentido del equilibrio
f) Incoordinación motora
g) Modificaciones del nivel de glucosa en la sangre

Pero es importante saber que, tanto en el caso del alcohol como en el de las drogas, los primeros efectos psicológicos ya son peligrosos. Por ej. la desinhibición, un aumento de confianza, la caída en los niveles de atención, que no son advertidos por el afectado, motivan en el conductor comportamientos de riesgo (aumento de la velocidad al conducir, sobrepasos audaces, etc).


Algunos ejemplos de los efectos de medicamentos muy consumidos: 

Psicofármacos:
-Los ansiolíticos, de uso muy generalizado como tranquilizantes o inductores del sueño, en especial las benzodiacepinas, pueden producir estados de confusión, fatiga muscular, disminución de la capacidad de concentración y somnolencia.
-Los antipsicóticos o neurolépticos, (ej. tioridacida, haloperidol h.) producen como efecto más común la somnolencia y reacciones extrapiramidales tales como, espasmos musculares, agitación, incoordinación motora, etc.
-Los antidepresivos (ej. amitriptilina) y antiepilépticos (ej. fenobarbital) pueden afectar la atención y el estado de alerta.

-Algunos antihistamínicos tipo H1 primera generación, (ej. clorfenamina, difenhidramina, clemizol) muy usados para aliviar los síntomas de gripe o resfriados y las alergias, pueden producir somnolencia .
-Los antiinflamatorios no esteroideos, muy usados para dolores musculares o reumáticos, los anestésicos y los miorrelajantes pueden afectar, especialmente, el sentido de la vista y la atención y producir somnolencia, y los últimos pueden producir además, disminución del tono muscular y mareos.
-Ciertos medicamentos para el corazón, en especial glucósidos cardiotónicos, usados para ciertas crisis cardíacas pueden producir somnolencia, y alterar el estado de conciencia y la visión.
-Ciertos anti-hipertensivos, beta-bloqueantes (ej. propanolol, nevibolol), para el tratamiento de la alta presión pueden producir somnolencia y alteraciones psíquicas y del equilibrio.
-Algunas medicaciones para la sedación de la tos (ej. codeína), o antidiarreicos, pueden producir alteraciones tales como trastornos de la atención, disminución de los reflejos y otros.

Estos son sólo algunos de los medicamentos que pueden afectar la conducción. La mayoría de ellos se potencia, o sea aumenta su efecto , cuando se bebe alcohol simultáneamente, y muchos interactúan entre sí incrementando sus efectos negativos para la conducción cuando se los ingiere juntos. 
De todo lo expuesto se deduce la urgencia de contribuir a la protección de los pacientes con el signo triangular de advertencia, que implicará una señal de alerta para el consumidor y su entorno, e incentivará la consulta al médico.

 
EL INTERMINABLE TRÁMITE DEL ARBOLITO

El interminable trámite administrativo comenzó en agosto de 1998, ante ANMAT (Administración Nacional de Medicamentos) y lleva el número de expediente 1-47-9007-98-1. Ello, después de haber enviado nuestra solicitud a todos los laboratorios medicinales del país, quienes expresaron que la autorización de la ANMAT era imprescindible para poder poner la idea en práctica.
Diversos asesores y funcionarios, gran parte de ellos médicos, opinaron sobre la propuesta, esmerándose muchos de ellos en buscar, encontrar o inventar inconvenientes, por los cuales desestimar el proyecto, y no obstante que la reglamentación de la ley nacional de tránsito establece, en su artículo 48, a,1,2,y 3, que “el prospecto explicativo de los medicamentos debe advertir en forma resaltada el efecto que produce en la conducción de vehículos; también el médico debe hacer la advertencia...”
También fue pateada la pelota (o más bien el expediente) hacia el Ministerio de Salud, donde otros “expertos en salud”, se esforzaron en agregar nuevas objeciones.
Mientras tanto, en los tres años largos que lleva el trámite de esta sencilla pero eficaz medida de seguridad, 22.000 personas más murieron en accidentes de tránsito en la Argentina, y sabe Dios cuántos de ellos como consecuencia de medicamentos cuyos efectos ignoraban quienes los tomaron o incluso los médicos que los recetaron.
Mientras tanto, continúa la inactividad y pasividad de las máximas autoridades nacionales en el tema, supuestamente responsables de velar por la salud integral de toda la población.

MCI

Bibliografía:
- “Traffic dangerous drugs”. Johansson Kurt, MD. Karolinska Institute. Sweden.
- “Intervención en Seguridad Vial desde los profesionales de la salud”, Beléndez Gutierrez.. DGT. España.
- “Fármacos y seguridad vial”, Verdú Pascual, Fernando y otro. España

 



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