¿Es buena idea capacitar para conducir a los adolescentes en la escuela secundaria?
La respuesta es: NO.
Estudios realizados en Canadá y EE.UU. han demostrado que el aprendizaje temprano, por ejemplo, de estudiantes secundarios, no ha redundado en una reducción de la cantidad de accidentes en esa franja etaria, sino en el aumento de la demanda de licencias de conducir de menores de edad, alentados a veces por sus padres, que suelen confundir la habilidad de sus hijos para manejar el auto correctamente, y creen así que tienen la capacidad para hacerlo con un criterio de seguridad y prevención.
Estudios realizados en EE.UU., Suecia y Australia demuestran que la enseñanza de la conducción en las escuelas, no produce beneficios en la reducción de colisiones. El trabajo presentado por el I.I.H.S. mostró que la posibilidad de aprender a conducir en la escuela había estimulado la obtención temprana de la licencia entre los adolescentes, lo cual llevó a un incremento de los accidentes.
No hay tiempo de descuento. No importa cuán buena sea una educación para conducir, nunca podrá sustituir la madurez o la experiencia.
En Europa, las conclusiones son semejantes: "Todos los años, alrededor de 15000 jóvenes entre 14 y 24 años mueren en accidentes de tránsito en los estados miembros de la Unión Europea, la gran mayoría en los primeros años después de haber obtenido su primera licencia. Por distancias recorridas, el porcentaje de accidentes protagonizados por los jóvenes conductores es varias veces mayor que el protagonizado por personas de mediana edad". Dice el ETSC. "Es evidente que incluir en la enseñanza media la capacitación de conductores jóvenes no ha logrado el objetivo deseado que es el de prepararlos para insertarse en forma segura en el tránsito motorizado"