El alcohol al volante ¡mata!
22º CAMPAÑA DE CONCIENTIZACIÓN Y EDUCACIÓN VIAL EN TV Y RADIO
Las noticias periodísticas de los fines de semana testimonian dolorosamente algunas de las situaciones que, lamentablemente, se repiten todos los días en todo el país. (Los últimos casos de accidentes con jóvenes, ocurridos en el corazón de la ciudad de Buenos Aires, dieron triste cuenta de lo fatal que puede resultar la asociación entre conducción, alcohol y juventud)
Por estos motivos, Luchemos por la Vida ha decidido dedicar esta nueva campaña (4 meses, sep-dic 98), dirigida a toda la población, pero focalizada, protagónicamente, en los más jóvenes, para alertar sobre las fatales consecuencias de beber y conducir, y proponer conductas alternativas, vialmente seguras, en los encuentros sociales.
Por medio del testimonio visual y sonoro del mensaje explicitado en la frase "El alcohol al volante mata" , se proponen cuatro conductas posibles para evitar correr riesgos y/o poner en riesgo la vida de los otros. Los mensajes, que se alternan, dicen así:
1)Si vas a conducir: Nada de alcohol.
Fundamenta este concepto el saber que el alcohol es un depresor del sistema nervioso central, que afecta funciones mentales esenciales para la conducción como son: la capacidad de juzgamiento y atención, la visión, las respuestas motoras, etc. Si bien, la cantidad de alcohol, el peso , el sexo , la edad de las personas y su estado de salud, etc., determinan variaciones en el grado de intoxicación alcohólica, la única indicación completamente segura para el conductor de vehículos es abstenerse absolutamente de beber alcohol, para conducir seguro.
2)Si elegís beber, elegí a otro para conducir.
Este es un concepto nuevo para los argentinos pero muy habitual en países con mayor cultura de la prevención. Aquel que no quiera privarse de beber bebidas alcohólicas en una salida puede preveer el regresar por otro medio que no sea conduciendo su coche.(tomar taxi, transporte público, ser conducido por un amigo, etc.)
3) Si bebió y pretende conducir, no viajes con él.
Esta sugerencia implica un llamado de atención para quien viaja como acompañante, conducido por otro. Cada uno debe hacerse responsable por el cuidado de su propia vida. Aquel que es llevado por un conductor alcoholizado, corre el mismo riesgo que el que conduce.
4) Elegir en el grupo quien no beba para poder conducir.
Este comportamiento, bastante habitual en otros países, implica la toma de conciencia individual y grupal de la necesidad de autoprotegerse eligiendo a quien se "privará" algo, por la seguridad de todos. (Dos parejas salen a comer, uno de los cuatro no bebe alcohol, para conducir).